La ermita

No se conservan datos ciertos de su fecha de construcción. De la información reflejada en los pleitos del siglo XVII se desprende que la ermita fue mandada construir por una mujer natural de “Los Pedroches” (o sea, de alguna de las que hoy se conocen como “Siete Villas de los Pedroches”) doscientos años antes, por lo que la ermita debió de levantarse a mediados del siglo XV. Si se hizo ex novo o sobre alguna construcción anterior, es algo que también se ignora, aunque M. Mascaraque encuentra dos circunstancias que podrían indicar la existencia en este lugar de un culto prerromano. El camarín de la Virgen en el santuario se levanta sobre una gran masa rocosa; en el centro de la explanada se encuentra una cruz que habría sustituido a un menhir relacionado con los movimientos astrales. Estando la ermita orientada al poniente, de modo que en el solsticio de verano la ermita (o sea, la roca), la cruz (el menhir) y el sol se encuentran en la misma línea.
La ermita se encuentra en el corazón de la dehesa de la Jara, en el quinto de Navarredonda, a dos leguas, unos once kilómetros de Villanueva. El templo, de piedra berroqueña, es de planta cuadrangular, midiendo en conjunto 14 x 15’50 metros, y el camerino 7’50 x 6’50 metros. Tiene tres naves separadas entre sí por tres arcos sobre columnas de granito. La cubierta de la iglesia es a dos aguas, y el presbiterio tiene una cúpula con linterna. La entrada principal se halla mirando al mediodía, y tiene una portada formada por tres arcos frontales y uno a cada lado. El presbiterio está elevado sobre el resto de la ermita por estar construido sobre una gran masa rocosa visible desde el exterior. La sacristía se encuentra al Oeste del camerino. En 1936 fueron destruidos un cuadro representando a San Martín y las imágenes de Santa Lucía, San Diego y Aurora, obras del siglo XVIII. En la actualidad las imágenes de la virgen y un Cristo crucificado presiden desde el presbiterio; las de San José, Corazón de Jesús y Santa Lucía están en el altar de la derecha, y San Diego a la izquierda.

En 1585 se construyó una tapia para rodear la ermita. A principios de siglo fue rodeada de un muro de piedra de una altura aproximada de unos cuatro metros, con dos portones que estaban situados en el mismo lugar que hoy están las puertas de Pozoblanco y Villanueva. Este muro circundaba las edificaciones existentes: casa del santero, casas de Pozoblanco y Villanueva y los anexos para los animales del santero.
Delante de la ermita hay una gran explanada, en cuyo centro hay un pequeño basamento escalonado con una columna de granito rematada por una cruz de rejería. Las cuatro gradas de granito datan de 1642. Opina don Juan Ocaña que la reedificación a la que alude Pozoblanco en sus pleitos debió de realizarse en los primeros año del siglo XVII, como lo prueba la fecha sobre el graderío de la cruz de la explanada.
En 1969 Pozoblanco inicia las obras de construcción de la verja actual, acometiendo toda la fachada que da a la explanada. En 1971, el Ayuntamiento de Villanueva de Córdoba aprobó las obras de construcción del resto de la verja, así como el arco de la puerta de Villanueva y la Casa-Hospedería de la Cofradía, caracterizándose ésta por la calidad de su techo de bóveda de aristas, peculiar de la arquitectura tradicional de los Pedroches.
En 2012 se ha completado la obra de empedrado de la explanada de la ermita emprendida por la Hermandad de Villanueva de Córdoba.

