Virgen de Luna

Cofradía Hermandad de la Virgen de Luna de Villanueva de Córdoba


Carácter

El santuario es, por definición, un lugar sagrado. Un especialista en la materia, el antropólogo W. A. Christian, destaca los elementos que conforman los santuarios católicos: lugares que tienen una imagen o reliquia que es objeto de veneración para la gente y que se pueden convertir en metas de peregrinación. Destaca que el santuario se define sobre todo por la devoción de la gente.

Se han propuesto diversas hipótesis para explicar la construcción de la ermita de la Virgen de Luna. Una de ellas, que ya hemos visto, la vincula con el proceso de cristianización de los cultos de los pueblos prerromanos. Otra es la que propone Antonio Merino Madrid, investigador de las tradiciones de la comarca: lo tardío de la construcción del santuario de la Virgen de Luna (aunque pudiera ser que se reedificara sobre una construcción menor mucho más antigua) a mediados del siglo XV, cuando en estas fechas las aldeas circundantes ya estaban bien consolidadas a principio de siglo, puede deberse a que fuera un paso más de los habitantes de las Siete Villas parar fortalecer su identidad con las dehesas, ante el peligro de usurpación de los señores feudales de la época, como D. Gonzalo Mexia, señor de Santa Eufemia.

La fecha de construcción de la ermita que se deduce de lo manifestado en los pleitos de 1681 corresponde con 1470-1480, que es el momento, precisamente, en que Gonzalo Mexia, siguiendo con su política de hechos consumados para apropiarse de terreno de realengo, se apoderaba del castillo de Pedroche, de donde sería expulsado por las milicias conjeciles de Córdoba. En 1478 los habitantes de Pedroche derribaron el castillo para evitar que el señor de Santa Eufemia volviera a tener tentaciones de tomarlo.

Levantar el santuario sería como poner un hito territorial frente a las ansias territoriales de la levantisca nobleza de ese periodo histórico. Pero la pregunta es obvia, ¿por qué precisamente allí, en Navarredonda, y no en otro lugar?

Escribe el antropólogo Juan Agudo Torrico: “La determinación de la ubicación de las ermitas, impuesta por el hallazgo de la imagen en un lugar próximo, ha originado diversos intentos explicativos. El que sean en su mayor parte custodiadas en santuarios rurales, respondería a la posibilidad, potenciada desde el siglo XII, del recurso a las imágenes religiosas, en especial de María, para sacralizar aquellos lugares con mayor significación para estas comunidades… también se ha relacionado como recurso para cristianizar lugares considerados paganos”. Así pues, ambas hipótesis (lugar prerromano, hito territorial de los municipios de los Pedroches en el siglo XV) no son excluyentes.

Sea cual fuera la última razón que construirse allí el santuario, la elección fue magnífica, en la suave falda de una loma que domina el corazón de la Dehesa de la Jara, en la que se distingue a poniente la blanca silueta de Villanueva sobre la línea del horizonte, sobre ese calmo mar de encinas que parece aproximarla y unirla a su Madre, la Virgen de Luna.